Un diafragma es uno de los elementos que nos permite regular la luz que llega al sensor o película de nuestra cámara. Dicho elemento se encuentra en el objetivo y en el caso de las réflex y de las cámaras compactas que dispongan de modo manual o de modos de prioridad, podremos regularlo para obtener distintos efectos.

A efectos de exposición, cambiar la velocidad, el diafragma o la sensibilidad proporcionalmente entre ellos, no produce ninguna diferencia. Entonces que más da, usar una velocidad más alta o un diafragma más cerrado si el resultado de la exposición va a ser el mismo? La respuesta se encuentra en los efectos ópticos obtenidos.

El diafragma es uno de los “encargados” de regular la profundidad de campo (no es el único, ya que la distancia focal también tiene efecto sobre la profundidad de campo), es decir la distancia dentro de la foto que observaremos enfocada. Esto es útil para fotografías como los retratos, en los que nos interese enfocar únicamente la cara del sujeto i desenfocar el fondo, o para paisajes en los que nos interesa tener el máximo posible de foco en toda la escena.

La manera de regular este efecto es muy sencilla de recordar, solo se debe tener presente que a medida que abrimos el diafragma la profundidad de campo disminuye y a medida que cerramos el diafragma la profundidad de campo aumenta.

El diafragma tiene consecuencias directas también en la nitidez de la imagen. Con aperturas pequeñas (número f alto) la difracción aumenta afectando negativamente la nitidez. Con aberturas pequeñas se obtiene mayor nitidez pero en un área más limitada, debido al incremento de la profundidad de campo. Aunque en teoría debería conseguirse mayor nitidez con aperturas grandes, en la práctica esto no es así, pues a aperturas mayores (número f pequeño), las limitaciones de diseño del objetivo conocidas como aberraciones, dominan sobre la apertura amplia y la nitidez empeora. Para objetivos antiguos, una regla práctica para obtener buena nitidez es situar la apertura de f/8 a f/11, con lo que además se consigue una buena profundidad de campo. Los objetivos más modernos suelen tener elementos múltiples y lentes especiales que corrigen las aberraciones, lo cual permite lograr mayor nitidez a números f más bajos, generalmente entre f/5.6 y f/6.3. El valor óptimo del número f para máxima nitidez es una característica propia de cada objetivo que los fabricantes no suelen publicar, pero que puede obtenerse haciendo pruebas a diferentes aperturas.

En el caso de la fotografía digital el valor óptimo para obtener mayor nitidez, también se ve influido por el sensor (que puede tener diferentes tamaños y densidad de pixeles) por lo que es de utilidad realizar un cálculo teniendo en cuenta este factor. Para facilitar este trabajo Carles Mitjà del CITM de Terrasa ha desarrollado esta calculadora de los límites de la difracción, en la que introduciendo los valores correspondientes a cada campo (tamaño en pixeles del sensor vertical y horizontal, tamaño en mm del sensor horizontal y vertical) siguiendo las instrucciones que encontrareis en la misma hoja Excel. Los datos se recalcularan para obtener el máximo diafragma que podemos usar, para que las aberraciones se mantengan equilibradas entre sí.

Para poder manejar correctamente y de forma estándar la apertura del diafragma, existe la escala de diafragmas o números f, medidos en pasos, en los que el número siguiente mayor deja pasar la mitad de luz y el número siguiente menor deja pasar la mitad de luz. Los más usuales son 1 1,4 2 2,8 4 5,6 8 11 16 22 32 45 , pudiendo encontrarse también medios pasos y tercios.

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